Educación Cooperativa


Antes de referirme a la educación cooperativa, forma particular de la educa­ción en su sentido más amplio, conviene que conceptualicemos lo que es educación.

Entendemos, que educación es el proceso por el cual el individuo se realiza en la comunidad, vinculándose con los valores objetivos de la cultura e interactuando con ellos en orden a su afirmación como ser libre, digno y trascendente.

La educación cooperativa reúne la particularidad de apoyarse en fundamentos filosóficos doctrinarios definidos, interpreta y se apoya en unas determinadas realidades, propende al desarrollo de valores humanos esenciales al mismo tiempo que conduce su acción liberadora en el campo económico y de sublimación en el campo moral

Por ello la educación cooperativa tiene sentido, significado y explicación, solamente según sea la concepción que se tenga del cooperativismo y en el papel que se le atribuya en la hora presente. Cooperativismo y educación cooperativa son, pues, dos realidades tan indisolublemente ligadas, que no se explican la una sin la otra, son inseparables y se condicionen recíprocamente.

En consecuencia, la educación cooperativa orientada a las entidades y organismos que forman globalmente el movimiento cooperativo debe propender a que dichas entidades y organismos lleguen a ser doctrinariamente auténticos, representativamente populares y operacionalmente eficaces e impregnados por personas enteramente conscientes de la ideología cooperativa y de la entidad de que forman parte.

En su sentido más amplio la educación cooperativa debe estimular la organiza­ción del pueblo en instituciones de base, de su propiedad, como núcleos fundamentales para la participación del mismo pueblo en el poder económico y social, mediante su manejo ampliamente consciente y democrático.

Así que la educación cooperativa debe tener como mira establecer un doble equilibrio. En primer término, equilibrio teórico-práctico, es decir, proyectar la doctrina y teoría económica a través de técnicas propias. En segundo lugar -conseguir el juego dinámico de los factores económicos y sociales.

La educación cooperativa deberá habilitar al pueblo organizado para su avan­ce hasta conseguir la construcción de su propio destino.

Para el logro de estos propósitos se requiere una acción persistente de auto_ transformación del hombre actual de individualista en solidario, de subordinado en asociado, de marginado en integrado, conectando su quehacer cotidiano con el viejo y siempre renovado concepto cooperativo de que el provecho solo es lícito cuando proviene del trabajo personal, proscribiendo toda actividad parasitaria -explotadora o de colonialismo intelectual o físico.

Y que propenda a entender verdaderamente que: Cooperación es la convicción que solo se puede progresar, si todos progresamos.